Mis ojos miran su tez primavera
rosa carmesí son sus labios rojos
brújula de mi destino en esta cama de seda
lecho suave como su piel nívea
donde mis yemas
caminan buscando el satén que mi
alma altera
candor del instante donde mi mente se queda
pensamiento fugaz del anhelo que en mi se enreda
se aglutina solo de pensar en cuerpo de nácar
adorno sin igual de sabanas que esperan
el instante crucial de cubrir su torso de miel
siendo fiel a mi
figura que paciente persevera
mundo de felicidad de
este lar
muestrario de pasión donde mi corazón quema
teatro que recrea sin pudor
esta admirable escena.
1 comentario:
El poema se desliza suave,con delicado erotismo, hermosa escena de amor.
Saludos
Betty
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